Aunque es cierto que la dieta keto supone dejar de consumir ciertos grupos de alimentos como los cereales o las legumbres, la realidad es que no supone una pérdida de beneficios para tu organismo. Y es que, dentro de los alimentos permitidos en la dieta cetogénica, puedes encontrar una gran cantidad de nutrientes de alta calidad.

• Grasas: En este grupo, se concentran tanto alimentos grasos como aceites (aceite de aguacate, aceite de coco, aceite de oliva, aceite de nueces, aguacates, frutos secos, grasas animales, pescados azules como el salmón o el atún, o las yemas de huevo). Estas grasas, aportarán a tu organismo ácidos grasos omega 3; vitaminas K2, A, D y E; magnesio, zinc, cobre o selenio. Esta combinación de elementos es cardiosaludable, ayuda a mejorar la calidad de la piel, el pelo y las uñas y es un potente cóctel antioxidante.
• Proteínas: Entre las proteínas que puedes consumir en tu dieta keto, se encuentran todo tipo de carnes (de res, de cerdo, de cordero o de aves de corral), huevos, mariscos (gambas, mejillones, almejas, langosta o cangrejo entre otros), pescados, quesos y otros derivados lácteos, tofu o incluso mantequillas de frutos secos como la mantequilla de cacahuete. Además de ser fuentes de proteínas, también aportan ácidos grasos omega 3, vitamina D, vitamina A y vitaminas del complejo D, calcio, potasio, hierro y otros minerales. Lo mejor es que, además de aportar grandes beneficios, tienen un alto poder saciante.
• Hidratos de carbono: Aunque sean los que menos debes consumir, también están presentes en la dieta keto. La mayoría de estos carbohidratos proceden de hortalizas y frutas como el aguacate, la coliflor, las espinacas, las endibias, el pepino, el tomate, los cítricos, los frutos rojos o todo tipo de lechugas. Son esencialmente una fuente de vitaminas. También, puedes encontrar una fuente de hidratos en productos ya elaborados, como unos deliciosos muffins classic de Keto Protein, con los que empezar el día con buen pie.